El teatro anterior a 1939


  1. TEATRO POÉTICO  

Valgan, como botón de muestra de este tipo de teatro, tres finales de otras tantas obras de Francisco Villaespesa, donde la búsqueda del efectismo, con la muerte por medio, el verso fácil y el heroísmo exaltado, buscan hacer vibrar al espectador con una emoción casi infantil:
  I  
SOBEYA.‒ (Tendiendo los brazos al cielo,
como quien cumplió un voto).
¡Granada, mi palabra está cumplida!
¡Azhuna, ya he salvado tu memoria!...
(Volviéndose a los soldados, en un gesto
orgulloso de desafío, mostrándoles el pecho).

¿Qué me importa morir?... La muerte es vida
cuando es por el Amor y por la Gloria.
(Los soldados, gritando, la acometen.)
                                                (El alcázar de las perlas)

  II  

JUDITH.‒ (Tendiendo los brazos al cielo).
    ¡Señor,
    tus santos mandatos mi mano ha cumplido!
    ¡Por salvar mi pueblo, dio muerte a mi amor!
    (Cae desvanecida en brazos de Hegla).
                                                                                    (Judith)
  III  
GUDULA.‒ (Tapándose el rostro horrorizada).
    ¡Cielos!
SEGISMUNDO.‒ (Cayendo de rodillas).
    ¡Perdón, señor, perdón!
GALAOR.‒ (Agonizando).
    ¡Por salvar a mi hija has matado a mi hijo!
    (Se tambalea y cae muerto en brazos de Gudula;
    mientras desciende el telón, se oyen los sollozos
    desgarradores de Gudula abrazando el cuerpo de Galaor).
                                                                                                   (El rey Galaor)

  2. TEATRO CÓMICO  

2.1. COMEDIA DE COSTUMBRES Y SAINETE
  I  
SEÑÁ JUSTA. ¿Y usté ya no pide en San Ginés, señá Librada?
SEÑÁ LIBRADA. No, señora; tuve unas palabras con el sacris, y no he güelto. Iba mucha gentuza. Ahora me he conchabao con la Pelitos y nos hemos hecho vergonzantas.
SEÑÁ JUSTA. ¿Y las va a ustés bien?
SEÑÁ LIBRADA. Pos, hija, pa como están las cosas, se va tirandillo. Sino que es mucho aperreo. Porque, un supongamos, viene la vesita de San Vicente a mi casa; pos ya me tie usté pasando to el mobiliario a ca la Pelitos. Me quedo con un jergón, el baúl viejo, media vela en una botella y una silla inválida; acostamos a Casimiro, el chico de la Onofra, que es una especialidad en toses y quejidos, y presentamos un cuadro que es pa caérsele el corazón a una pantera. Que, otro suponer, va la vesita domiciliaria a ca la Pelitos: pos me pasa a mí tóos sus trastos, se echa en una manta el señor Cosme, que hace el moribundo que asusta de bien, y raro es el día que no nos dejan, a más del donativo semanal, tres u cuatro pesetas de su motu.
Carlos Arniches, Los pobres
  II  
VALENTÍN. (Tratando de calmarle). No te aglomeres, Ceferino.
CEFERINO. (Muy nervioso). Si no me aglomero, señor...; pero es que tú tiés un modus vivendi de discutir, que si no avasallas no te conformas.
VALENTÍN. Porque te las canto como puños.
CEFERINO. ¿De dónde?
VALENTÍN. Y náa más. Y un servidor lo que te argumenta con razones inrefutables es que en España la culpa de tóo el atraso en que vevimos las clases neutras la tién los toreros. Así, en rotundo.
Carlos Arniches, Los culpables

2.2. ASTRACÁN
  I  
MENDO. Siempre fuisteis enigmático
    y epigramático y ático
    y gramático y simbólico,
    y aunque os escucho flemático,
    sabed que a mí lo hiperbólico,
    no me resulta simpático.
    Habladme claro, Marqués,
    que en esta cárcel sombría
    cualquier claridad de día
    consuelo y alivio es.
    Pedro Muñoz Seca, La venganza de don Mendo
  II  
AZOFAIFA.
    ¿Debo perdonalla?
NUÑO Y PERO.
(Incorporándose como movidos por un resorte y diciendo lúgubremente, sin abrir los ojos). [Ten en cuenta que poco antes han muerto los dos].
    ¡¡No!!
AZOFAIFA.
(Clavando su puñal en el pecho de Magdalena).
    ¡Baldón de mujeres, muere!
MAGDALENA.
    ¡Ay, mi madre; muerta soy!
(Cae en brazos de don Alfonso, que cuidadosamente la deposita en el suelo. Doña Ramírez sofoca también un grito y cae en brazos de Alí-Faez, que también la deja en el suelo como sin vida).
MONCADA.
(A Azofaifa).
    ¡A segar tu cuello voy!
AZOFAIFA.
    ¡Hiere, castellano, hiere!
ALFONSO.
    ¡¡Mi Magdalena!!... ¡¡Qué horror!!
    ¡Muerta!... ¡Magdalena mía!
MONCADA.
(A don Alfonso).
    Oigo en esa galería
    de unas voces el rumor.
    ¡Ocultaos!
ALFONSO.
    ¡Ay de mí!
    ¡Qué horrible trance, Marqués!
MONCADA.
    Cierta mi sospecha es;
    el ruido viene hacia aquí...
    ¡Pronto!
ALFONSO.
    Vamos.
MONCADA.
    ¿Quién será?
(Medio se ocultan en el momento en que entran doña Berenguela con don Mendo, seguidos de la Marquesa y la Duquesa).
MENDO.
    Berenguelilla, tutéame,
    y si te place, osculéame
    en las dos mejillas.
ALFONSO.
    ¡¡Ah!! ¡¡Miserable!!
MENDO.
    ¡¡Cielos!!
BERENGUELA.
(Al tiempo que cae desmayada).
    ¡¡Oh!!
MENDO.
(Aparte).
    ¡El rey don Alfonso, sí!
ALFONSO.
    ¡Mátalo, Moncada!...
AZOFAIFA.
(Resguardándolo con su cuerpo).
    ¡No!
    ¡Primero, Marqués, a mí!
MENDO.
    ¡Azofaifa!
AZOFAIFA.
    ¡Mendo amado! ¡Mira!
MENDO.
    ¡Sangre! ¡Dios clemente!
AZOFAIFA.
    A la que nubló tu frente
    con esta daga he matado.
MENDO.
(Como loco).
    ¡Magdalena!... ¡Nuño!... ¡Pero!...
    ¿Qué has hecho, maldita mora?
    ¿En quién me vengo yo ahora?
AZOFAIFA.
    ¡Clava en mis carnes tu acero!...
    ¡Sacia tu venganza en mí,
    si no has de quererme ya!
    ¡Hiere, Mendo, por Alá!
MENDO.
    ¡Qué por Alá: por aquí!
(Le clava el puñal. Cae Azofaifa muerta).
MONCADA.
    ¡Otra muerte! ¡Cielo santo!
MENDO.
 (Riendo locamente).
    ¡Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja!...
MONCADA.
    ¡La razón perdido ha!
ALFONSO.
    ¡Qué espanto, Marqués, qué espanto!
FROILÁN.
    Aquí, Velloso.
FROILÁN.
    ¿Qué es aquesto?
MONCADA.
    ¡Un panteón!
ALFONSO.
(Por Mendo).
    ¡Sujetadle!
MENDO.
    ¡Fuera, ocioso!
    ¡Ved cómo muere un león
    cansado de hacer el oso!
(Se clava el puñal).
MANFREDO.
    ¡Qué puñalada!
MONCADA.
    ¡Tremenda!
    ¡Infeliz, se está muriendo!
MENDO.
(Agonizando).
    Sabed que menda... es don Mendo
    y don Mendo... mató a menda.
(Muere. Telón).
Pedro Muñoz Seca, La venganza de don Mendo


Diviértete en este vídeo con los Simpsons mientras amplías tus conocimientos sobre el teatro anterior a 1939.


Puedes hacerte una idea de cómo sería la representación de una comedia burguesa con esta imagen:

Imagen tomada de Masterlengua

Y así sería la representación de una obra perteneciente al teatro poético (Doña María la Brava, de Eduardo Marquina, estrenada en 1909):

Imagen tomada de Teatro.es

Si te apetece, puedes ver estos tres vídeos, para que compruebes por ti mismo la grandísima diferencia existente entre el teatro que triunfa antes del 39 (del que ya has podido leer diferentes fragmentos) y los intentos de renovación protagonizados por Federico García Lorca en esas mismas fechas.

Tráiler de la versión cinematográfica de La casa de Bernarda Alba, de Mario Camus

Fragmento de Así que pasen cinco años, producción del Centro Dramático Nacional

Fragmento de El público, producción del Centro Dramático Nacional

Las dos imágenes siguientes son del estreno de El maleficio de la mariposa, primera obra de Lorca, en el Teatro Eslava de Madrid, el 22 de marzo de 1920:

Imagen tomada de Pinterest

Imagen tomada del Centro Federico García Lorca

Y, para acabar, diferentes imágenes de La Barraca, el grupo de teatro universitario de carácter itinerante y orientación popular, fundado por Lorca en 1931 con ayuda del gobierno de la Segunda República.

Federico García Lorca, fundador de La Barraca, junto a un cartel del grupo. Imagen tomada de Wikipedia

Montaje de La vida es sueño, de Calderón de la Barca (1932). Imagen tomada de Wikipedia

Componentes de La Barraca (1933)

Descargando los camiones para preparar la representación de La guarda cuidadosa, de Miguel de Cervantes, en Almazán (Soria), 1932. Imagen tomada de Wikipedia

Montando el escenario para la representación de La guarda cuidadosa, de Miguel de Cervantes, en Almazán (Soria), 1932. Imagen tomada de Wikipedia


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